dilluns, 10 de març del 2014

ARTICLE DEL DIARIO DE IBIZA AL VOLTANT DEL COL·LOQUI SOBRE LES PROSPECCIONS PETROLIERES

«¿Por qué deciden en Madrid qué pasa aquí con los sondeos?»

Sa Blanca Dona acoge un coloquio sobre las prospecciones dirigido a alumnos de Secundaria

08.03.2014 | 05:30
Irene Prats, Sofía Hernanz y David Sala, ayer, en la biblioteca del instituto Sa Blanca Dona.
Irene Prats, Sofía Hernanz y David Sala, ayer, en la biblioteca del instituto Sa Blanca Dona. 

Los alumnos de Ciencias Sociales de tercer curso de Secundaria del instituto Sa Blanca Dona aprendieron ayer, además de muchas cosas sobre las prospecciones petrolíferas, lo que es ser político. Todo gracias a los dos diputados ibicencos en el Congreso, el popular Enrique Fajarnés, y la socialista Sofía Hernanz. Fajarnés ni siquiera contestó a la invitación del departamento de Geografía e Historia del instituto para participar en una charla sobre los sondeos, según afirmó el moderador del encuentro, el profesor Luis Ruiz. Hernanz, que no solo contestó sino que también acudió, se saltó la primera norma del coloquio: no hablar más de diez minutos seguidos. Hizo una exposición inicial de media hora y con el mismo lenguaje que usaría en la Cámara o ante los periodistas.
En esos 30 minutos a la diputada le dio tiempo a explicar que fue durante un tiempo a Sa Blanca Dona, que fue su partido el que dio los permisos a Cairn Energy –«preferiría que no se hubieran dado, pero es que la liberalización del sector hacía muy difícil denegarlos»–, el cambio climático, la ley de hidrocarburos de Aznar, «que hay que cambiar», y el ministro de Industria, José Manuel Soria, cuyas palabras asegurando que no se puede dar marcha atrás a los sondeos confesó que le dan «miedo».
«Hay que diferenciar entre partidista y político. Partidista es el que sigue la línea del partido y político es el que busca lo mejor para los ciudadanos», apuntó el portavoz de Eivissa Diu No, David Sala, dirigiéndose a los estudiantes. «Y todos son partidistas», insistió antes de intentar convencer a los alumnos de la fuerza de la movilización ciudadana. «En este caso, los políticos han ido por detrás de la gente. Hasta que no han visto peligrar votos no han seguido al pueblo», afirmó Sala, que concluyó su exposición (de diez minutos exactos) animando a los escolares a defender aquello que aman, lo que le valió el aplauso de los adolescentes.
Sondeos como un motor de avión
Irene Prats, la coordinadora de educación ambiental del GEN, no pudo ser más gráfica. A los alumnos les quedó muy claro qué suponen los chorros de aire comprimido «cada diez segundos, las 24 horas del día, siete días a la semana, durante dos meses y medio» en que consisten los sondeos. Es como si los mamíferos marinos, los peces y otros seres que viven en el mar tuvieran las orejas pegadas al motor de un avión. Además, les insistió en que «el medio ambiente no tiene fronteras» y no vale rechazar las prospecciones aquí y despreocuparse de si se hacen en Canarias o en Arabia Saudí. «¿Qué coherencia sería esa?», interrogó.
«¿Por qué tienen que decidir en Madrid algo que nos afecta a nosotros? ¿Por qué decide sobre esto gente que no sabe quiénes somos ni qué hacemos?», preguntó Virginia, una de las alumnas, a la que aplaudieron y vitorearon sus compañeros. «Si un representante no defiende los intereses de los ciudadanos que le han votado, a eso se puede responder votando», se apresuró a contestar la diputada.
«No tengo muy claro que la democracia sea el mejor modelo para que nos gobiernen», apuntó, provocador, Sala. Prats, la única que pareció acordarse de que los alumnos de tercero de Secundaria aún no tienen edad para votar, les animó a formarse mientras llega ese momento para que el día que tengan que escoger a los gobernantes sean «personas críticas». Además, recordó que, en ocasiones, la Unión Europea, que está aún más lejos que el Gobierno central, ha sido quien «le ha dado un toque a España».
«¿Por qué antes de tomar decisiones los partidos no hacen encuestas para saber si la gente está a favor o en contra?», inquirió Vicky. Hernanz volvió a defender su oficio y, aunque reconoció que en el caso de las prospecciones «estaría muy bien» plantear un referéndum, destacó que no es necesario porque «los representantes de los ciudadanos» son muy conscientes de qué opina la sociedad sobre los sondeos. «Yo no quiero sentirme en un parvulario, donde todos deciden por mí, pero no me puedo pasar una hora al día votando cosas que me afecten. Tiene que haber unos representantes que conecten con la gente y tomen las decisiones adecuadas», señaló el portavoz de Eivissa Diu No, que, a la pregunta de uno de los alumnos sobre «¿quién gana con las plataformas?», respondió que el de las prospecciones en la costa de Ibiza «es un caso claro de privatización de los beneficios y socialización de las pérdidas».
«Si hubiera un accidente, ¿qué pasaría?», preguntó Marta. «Mataríamos a la gallina de los huevos de oro», contestó Sala, lo que dio pie a la educadora del GEN para defender la necesidad de «empezar a crear otros sectores de trabajo». No solo por seguridad sino porque, recordó, el turismo «también tiene un impacto» en el medio ambiente y genera «contaminación», señaló minutos antes de que sonara la campana del patio y pusiera fin a casi dos horas de coloquio sobre las prospecciones.